Un estudio longitudinal de 20
años ha puesto de manifiesto que los antipsicóticos no reducen la frecuencia
de síntomas psicóticos en pacientes con esquizofrenia, al compararlos con
personas con esquizofrenia que no estaban recibiendo ningún tipo de medicación
psiquiátrica.
El objetivo del estudio, publicado en
la revista Psychological Medicine y dirigido porMartin
Harrow, ha sido evaluar si el consumo de antipsicóticos continuado a lo
largo de los años reduce o elimina la actividad psicótica en pacientes con
esquizofrenia. Para ello, se realizó un seguimiento de 139 individuos (70
personas con trastornos del espectro de la esquizofrenia) a los 2, 4,5, 7,5,
10, 15 y 20 años después de su ingreso hospitalario por psicosis.
Los medicamentos antipsicóticos son
considerados la piedra angular para el tratamiento a corto y a largo plazo de
la esquizofrenia, de acuerdo con los estudios que confirman su eficacia para
reducir el periodo de psicosis intensa durante la hospitalización, y de los
estudios de doble-ciego realizados con pacientes ambulatorios durante un
periodo de seguimiento de 6 meses a 2 años de tratamiento. Sin embargo, no
existen estudios que hayan evaluado los efectos de un tratamiento continuado
con antipsicóticos más allá de este periodo, por lo que tal y como afirman los
investigadores no se conoce nada acerca de los efectos de los
antipsicóticos en comparación con el placebo más allá de los tres años.
Según las directrices de la
Asociación Americana de Psiquiatría, los médicos deben considerar la suspensión
del tratamiento con antipsicóticos en pacientes con esquizofrenia que
hayan estado libres de síntomas durante un año o más. Sin embargo, tal y como
afirman los autores, “muchos médicos asumen que los antipsicóticos son
importantes para garantizar una estabilidad continuada y mantienen el
tratamiento con antipsicóticos de manera indefinida”.
Con la finalidad de comprobar los
beneficios a largo plazo del tratamiento farmacológico en esquizofrenia, los
investigadores evaluaron la presencia de síntomas psicóticos (alucinaciones,
delirios, pensamiento desorganizado…) y gravedad de la sintomatología (ingresos
hospitalarios, funcionamiento diario, etc.) durante diferentes evaluaciones a
lo largo de un periodo de 20 años, y realizando una comparación entre los
individuos con esquizofrenia que estaban con medicación antipsicótica en cada
seguimiento (grupo 1), los que tomaron medicación antipsicótica en algún
momento, pero no en todos (grupo 2) y los que no tomaron ninguna medicación
antipsicótica a partir de los 2 años (grupo 3).
Al comparar el grupo de pacientes con
esquizofrenia con tratamiento con antipsicóticos (grupo 1) frente al grupo de
pacientes con esquizofrenia que no habían tomado ningún tipo de medicación
antipsicótica ni psiquiátrica (grupo 3), los resultados muestran que “más
del 70% de los pacientes con esquizofrenia tratados de manera continua
con antipsicóticos presentó algún tipo de manifestación de psicosis en
4 o más de las seis evaluaciones de seguimiento realizadas en 20 años.
Longitudinalmente, las personas con esquizofrenia que no habían recibido
tratamiento con antipsicóticos presentaron significativamente menos síntomas
psicóticos en comparación con los pacientes tratados farmacológicamente”. Por
ejemplo, a los 4,5 años el 76% de los individuos del grupo 1 presentaba algunos
síntomas psicóticos, en comparación con el 27% de los del grupo 3. A los 20
años, el 56% de los individuos del grupo 1 presentaba sintomatología psicótica
frente al 24% del grupo 3.
Tal y como afirman los autores del
estudio, si bien no se pueden extraer explicaciones de causalidad, debido a la
naturaleza del estudio, al menos “estos resultados sugieren que, en
sentido longitudinal, los antipsicóticos no son eficaces en la eliminación o
reducción de la psicosis en la mayor parte de las personas con
esquizofrenia”, es decir, pasados los primeros dos años de
tratamiento, los antipsicóticos no eliminan la frecuencia de los episodios
psicóticos, ni reducen la gravedad de la psicosis post-aguda en personas
con esquizofrenia, por lo que se plantean serias dudas sobre los beneficios del
mantenimiento de este tipo de tratamiento farmacológico, como norma general,
más allá de ese periodo.
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